Muchos familiares de personas con TEA saben bien lo difícil que puede resultar visitar un hospital o la consulta de un médico con ellos, y el gran desafío que supone poder realizarles cualquiera de las pruebas médicas precisas para el diagnóstico de cualquier enfermedad.
Poner una vacuna, practicar unos evocados auditivos, medir la tensión, o simplemente explorarles físicamente, es en muchas ocasiones una misión imposible que llega a poner en serio riesgo su salud.
No se trata de un asunto menor, teniendo en cuenta que la esperanza de vida de las personas con TEA es escandalosamente menor que la del resto de la población, y lo es, tanto por cuestiones relacionadas con las dificultades de propiocepción (que muchas personas con autismo poseen y que les impide detectar el dolor en su cuerpo o el lugar de donde procede), como por la falta de programas y equipos de desensibilización en los espacios sanitarios, que planteen un entrenamiento con los niños y adultos dentro del espectro para facilitar una progresiva pérdida del rechazo o reticencias a la realización de esas pruebas.
Parece difícil, pero es posible, y de hecho, en el Hospital Universitario de Fuenlabrada, han puesto en marcha desde hace años y con gran éxito, el programa “TEAYUDAMOS” con el que, tanto la atención en urgencias, como cualquier otro tratamiento o prueba que deba realizarse un niño o adulto con TEA, cuenta con atención especifica y profesionales formados para que lo que para muchos resulta imposible sea una realidad: Poder ir al médico y realizar las pruebas pertinentes a un paciente con autismo.
Os invitamos a conocer este proyecto. Y necesitamos que, más pronto que tarde, se extienda a todos nuestros centros sanitarios. Se trata de salvar vidas.
Muchos familiares de personas con TEA saben bien lo difícil que puede resultar visitar un hospital o la consulta de un médico con ellos, y el gran desafío que supone poder realizarles cualquiera de las pruebas médicas precisas para el diagnóstico de cualquier enfermedad.
Poner una vacuna, practicar unos evocados auditivos, medir la tensión, o simplemente explorarles físicamente, es en muchas ocasiones una misión imposible que llega a poner en serio riesgo su salud.
No se trata de un asunto menor, teniendo en cuenta que la esperanza de vida de las personas con TEA es escandalosamente menor que la del resto de la población, y lo es, tanto por cuestiones relacionadas con las dificultades de propiocepción (que muchas personas con autismo poseen y que les impide detectar el dolor en su cuerpo o el lugar de donde procede), como por la falta de programas y equipos de desensibilización en los espacios sanitarios, que planteen un entrenamiento con los niños y adultos dentro del espectro para facilitar una progresiva pérdida del rechazo o reticencias a la realización de esas pruebas.
Parece difícil, pero es posible, y de hecho, en el Hospital Universitario de Fuenlabrada, han puesto en marcha desde hace años y con gran éxito, el programa “TEAYUDAMOS” con el que, tanto la atención en urgencias, como cualquier otro tratamiento o prueba que deba realizarse un niño o adulto con TEA, cuenta con atención especifica y profesionales formados para que lo que para muchos resulta imposible sea una realidad: Poder ir al médico y realizar las pruebas pertinentes a un paciente con autismo.
Os invitamos a conocer este proyecto. Y necesitamos que, más pronto que tarde, se extienda a todos nuestros centros sanitarios. Se trata de salvar vidas.